Yoga


 

Swami Satyanananda Saraswati en su libro YOGA NIDRA menciona que tanto para la filosofía yoguita como para la psicología moderna existen 3 tipos de tensión:

 

Tensiones Musculares: están relacionadas con el cuerpo, el sistema nervioso y los desequilibrios endocrinos.

Tensiones Emocionales: provienen de diferentes dualidades como: Amor/Odio, Ganancia/Perdida, Éxito/fracaso, felicidad/Infelicidad. Esto se debe a que somos incapaces de expresar nuestras emociones libre y abiertamente. Con frecuencia rehusamos reconocerlas y por eso reprimimos, originando tensiones que se vuelven más y más profundamente enraizadas.

Tensiones Mentales: son el resultado de una excesiva actividad mental que al explotar afecta al cuerpo, la mente y el comportamiento provocando reacciones, cuando estamos tristes, iracundos o irritados, con frecuencia lo atribuimos a alguna causa superficial, sin embargo la causa subyacente detrás del comportamiento anormal radica en las tensiones acumuladas en el plano mental.


EL YOGA a través de sus componentes esenciales: la respiración, la posturas o asanas, la relajación físico y mental y la meditación puede enseñarnos a cambiar nuestra actitud frente a los problemas y alcanzar un estado de mayor armonía con nosotros mismos, con los demás y con la vida, ya que nos ayuda a alcanzar un equilibrio entre el estado de tensión y relajación.

 

"SI NO SE RELAJA LA MENTE... EL CUERPO NO SE RELAJA"

 

Godfrey Devereux indica que el yoga consiste en equilibrio: equilibrar el cuerpo físico, equilibrar las diversas partes del cuerpo fisiológico, equilibrar los diversos aspectos del sistema nervioso, equilibrar las diversas cualidades de la mente.

El yoga consiste también en ser capaz de establecer el equilibrio en la vida. Permite establecer equilibrio entre:

 

El desarrollo de la fuerza y el desarrollo de la flexibilidad.

La actividad y el descanso.

La acción y la meditación.

La atención al detalle y la asimilación en su conjunto.

El esfuerzo y el disfrute, entre el logro y el placer

 

Solo cuando todos estos elementos complementarios estén equilibrados podemos asimilar los cambios de la vida sin tensiones.